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Al norte del sur., Spain
En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.

miércoles, 27 de junio de 2007

Benny Lacun

O ¿Para qué se inventó el olvido?

A pique de sufrir mi primera desilusión cinematográfica consentida del verano quise volver a releer la novela. Más tarde, lejos del más mínimo desengaño, tras ver la peli, he vuelto a releerla.

Y es que es lo mismo.

Quiero decir...Empresa ardua, difícil y arriesgada donde las haya, la de confeccionar un listado de películas que no masacren vilmente la novela en la que, supuestamente, se basan, o inspiran. Se me ocurren algunas adaptaciones lejendarias de libretos de teatro, aliñados por las zarpas de un Orson Welles o un Brando; o aquella deliciosa "La Huella", con Lawrence Olivier y Michael Caine. Pero no dejan de ser teatro filmado, al fin y al cabo.

Por lo que se refiere a las novelas, lo primero que me viene a la cabeza es más sudor, junto con el plácido propósito de no torturarme las meninges en tiempos tan soleados. O sea, que se admiten ideas, vaya, en todo caso.

A ésta no opongo dudas porque la tengo reciente. Y me reitero: Si es que es lo mismo. Es una historia hermosísima, en ambos soportes ambos. El guión resulta tan fiel al texto que a menudo se limita a calcarlo; al igual que la carne que lo arropa, tanto en el sonido como en las imágenes, aportando una nueva dimensión tan convincente como cercana. La peli, "Bajo las estrellas", explica lo que explica el libro. El libro, "El trompetista del Utopía", explica lo que explica la peli.






Y mi querido Aramburu sigue hablando de lo mismo, en ésta, su novela más amable. Lo cual me lleva de nuevo a su libro más duro; donde hace ya como diez años que ya hablaba de lo mismo, con un estilo muchos más directo y conciso, en este caso (lo siento, no me resisto):

Había dieciocho camas alineadas junto a la pared, en un aposento oscuro. Yo ocupaba la quinta, empezando a contar por la izquierda. En esto se oyó una voz en la oscuridad, que dijo: "Uno de ustedes ha dejado de existir. El resto puede levantarse. La cena está servida". Todos se levantaron sin demora de las camas, menos el que se hallaba a mi lado y yo. Le pregunté cuál de los dos sería el muerto. "No hay duda de que ya no vivo", susurró. Agradecí su sinceridad y me incorporé a la fila de los que salían.

de "No ser no duele". FERNANDO ARAMBURU.


miércoles, 20 de junio de 2007

Bueno, allá voy...

...y conste que no soy muy aficionado a este jueguecito de los memes, y además me suena chungo el nombre. Pero no puedo negarme después de ser invitado, por partida doble, por dos de mis más queridas coleguis: Glauka y Hilda (buena pareja).

Me da corte porque sólo se me ocurren cosas buenas, y ya me veo quedando en evidencia de nuevo; pero me consuelo en la confianza de que no me tomaréis muy en serio. Y esta leve introducción me lleva de cabeza al primer rasgo...¡voy p'allá!


-Vanidoso...vamos, que si me quejo, es para que, además, se me note. No es que llegue a lo soberbia, ni de lejos, no, para nada; pero he de reconocer que sí soy bastante mío. En el fondo, muy en el fondo, claro.


-Contradictorio...y no lo digo porque me guste llevar la contraria, que me encanta, sino por ser a mí mismo a quien contradigo constantemente. Donde no hay encrucijadas me las invento; y me discuto, y me lío, y me quedo quieto parao, casi siempre.

-Indeciso...aunque de vitalidad impulsiva y talante soleado (no, si al final vendrá todo liguado), me da miedo tirarme a la piscina (literal) de cabeza; y por lo general, suelo coger todos los trenes con retraso.


-Tímido...aaiiissssssssss, de la muerte.


-Excesivo...por lo tanto.


-Fantasioso...(he pensado que "colgao" sonaba algo rotundo)...pues eso, que mi alma no le tiene mucho apego al suelo. Mi cabeza vuela sola, y cuando le cuesta, siempre tengo un buen catalizador a mano. Natural, generalmante. Y sin embargo mi cuerpo se deja arrastrar por la inercia con demasiada facilidad. Mis castillos son de arena. Casi todos.


-¿Generoso?...creo que sí. Total, ya lo he dicho, mis castillos son de arena (de aire, en el mejor de los casos) y, por lo tanto, de todos; casi.


...resumiendo...


-Un mandril.








Bueno, lo he escrito de tirón y sin pensar, que es como se hacen estas cosas (allá Freud); y, desde luego no pinso pasar el testigo (estas cosas no se hacen). Pero estoy cerrando ya maletas y me piiiiiiiiiiiiiiiiirooooooooooooo...aunque volveré unos días ha hacer unas cositas; y después ya, todo Julio.

Naturalmente dejaré el buzón abierto.

Abrazos.


Y ahora una flor ¡hala! De Serrat, claro, que sé que os gusta.


sábado, 16 de junio de 2007

Instrucciones para curar la resaca estas vacaciones

Tip y Coll




Me piro de vacaciones en menos que canta un ¡¡¡KIKIRIKÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!! gaaaaaaaaaaaaallo...

Bueno, aún me faltan unos días, pero me voy entrenando.

miércoles, 13 de junio de 2007

A sugerencia de quimera...






...y a cuento de encuentros mágicos, arropados por noches lejanas al amor de una música de caña improvisada y, por esta vez, con mucha alevosía.







Alevosía y morro. Por no hablar de inconsciencia y, sobre todo ignorancia. De juventud, en una palabra. Imaginad a un nipón y un valenciano interpretando, sin apenas haber sido presentados, dúos de Mozart, nada menos que en su pueblo, exhibiendo un maletín bien abierto con el inocente afán de recolectar "voluntades".

Sucedió en Salzburgo, sí, en un curso de verano, hace ya unos cuantos años. El Festival de Julio estaba en pleno apogeo y las calles reventaban de visitantes melómanos millonarios...Hay que decir que las voluntades estaban que lo tiraban, y fue una cosecha excelente; pero allí Mozart no apareció por ninguna parte.

Aunque eso no se lo decíamos al público, realmente entusiasta. Tras acoger con humildad y alegría la cascada de aplausos más sincera que he recibido en mi vida, nos lanzábamos sin pudor, allí mismo, delante de la clientela, a hacer recuento de ganancias; embutíamos de chelines una bolsita de plástico y nos íbamos, por fin, a buscar el perfume de Wolfi por las innumerables y bulliciosas cervecerías del burgo. Nos daba para muchos litros... además mi querido amigo Yin Yang decía que no bebía y, por lo tanto, se emborrachaba con muy poco. Era todo un espectáculo, las terrazas llenas de bombillitas de colores, amenizadas por bandas populares, estaban siempre a petar; el jolgorio rebosaba espuma. Paquidérmicas y coloraotas "grosses freulen" regaban constantemente el suelo de cerveza, transportando de aquí para allá docenas de enormes jarras, en cada mano; y allí sí ví, os lo juro, más de una vez al pequeño Wolfi, a cinco patas por debajo de las mesas.

Aprendí mucho ese verano, desde luego. La pena es que le perdí el rastro a mi querido Yin Yang. Me escribió su dirección en un papel, pero la dejó incompleta, el muy borracho. Él tenía que mandarme desde Tokio unas partituras de un clarinetista japonés, para mí desconocido; y yo le hablé maravillas de un clarinetista legendario de los valles de Navarra: el maestro LANBERRI (sí, con ene), y su inclasificable "Solo de Concurso" op. 78, para clarinete Bajo, in B (de burro). Pero ahí quedó la cosa; lo despedí con enormes abrazos que pondrían colorao al japonés más pintao, si no fuera porque ya me conocía, y entusiastas promesas de pronto reencuentro.

Al llegar a casa, recordé la servilleta de papel que llevaba en el bolsillo; pero sólo pude descifrar a duras penas unos garabatos desleídos que decían algo así como: Quelido Yin Yang. Tokio 20009 cp (de ceporro, supongo)*

En fin...sin andas todavía navegando y te cruzas por casualidad con esta cueva, seguro que reconoces la foto, y no has olvidado ese verano en que un valenciano majara te hizo cambiar el metabolismo. Mándame, por lo que más quieras, los datos que necesito.

Un abrazo.

* (Nota del autor)


domingo, 10 de junio de 2007

Delicatessen

La gana no la he perdido, no, ni el ansia. Un poco flojo de arrestos en lo que se refiere al nivel de globilandia escarlaaaaaata; pero bueno, mucho veneno y poca proteína, es lo que suele pasar.

Claro que, no me veo ahora hartándome de filetes de hígado a la plancha; y la quina Santa Catalina creo que ya está descatalogada. Y si no lo está, me privo. Me privo, claro...sin privarme en mí, se entiende; y además no dejo de escuchar los corifeos que me aleccionan como en el anuncio: ¡Reaaaaccioooooooonaa!...

En fin...yo ya venía pensando hace tiempo que, puestos a reaccionar, mejor apostaba por nuevas tendencias alimentarias. He oído hablar de una rara esquisitez que no sale nada cara, a pesar de su tamaño; y me la han dado a probar, justo antes de explicarme que puede que me resultara algo difícil encontrarla(*). Se administra, obviamente, vía paladar; y hace milagros, dicen, en la sangre.

Lo malo es que aquí, en provincias, más que difícil resulta imposible de encontrar. Incluso en algunas tiendas, autóctonas, te miran con mala cara; y en las franquicias te toman por lo que no eres, abiertamente. Así que me he decidido a dar el paso; nunca hasta ahora había comprado nada por Internet, pero dicen que funciona. Espero que sea cierto. A mí me urge.

La flor de mi secreto, o algo así, se llama la ambrosía.


(*) Ojo, no es Pepsi.





martes, 5 de junio de 2007

Ya se me estaba pegando el nick

"Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo..."
JULIO CORTÁZAR

Dicen que el sueño atrasado no se recupera nunca. Y yo creo que, de alguna manera, es cierto.

Pero también es verdad que a los sueños aplazados (esquivados, solapados...) no se les pone, así como así, la zancadilla. Por mucho que los enquistemos, los fosilicemos, ellos buscan la manera de pillarte; y te pillan. Y ya puedes ponerte a rabiar de defensas y seguir a rajatabla el plan danone. Te pillan, porque para ellos no hay defensas. Estos días he podido comprobarlo. He flipao como un saharaui poeta en New York...pero se agradece; es como quitarse años de encima.

Su camino cuando te resistes, y su arma, suele ser la fiebre; y, claro, duele. Que una cosa es soñar despierto (de todo punto recomendable) y otra, delirar; el cerebro en las entrañas y las tripas en el craneo...y esa luz de antorcha cavernaria...ese tufillo a abandono y encierro...¡Si hasta los murciélagos se me colgaban de las pestañas, y las arañas me hacían bufanditas!...Menos mal, menos mal que los únicos buitres que tienen llave, son en realidad ángeles disfrazados; un mucho por timidez, sin duda, y puede que un poco, por modernidad.

Y, ahora que digo ángeles; digo también, que también he tenido cierta actividad consciente, casi. En las cortas treguas entre profundos desparrames oníricos, he intentado dedicarme a alimentar mi espíritu (a empanarme) con música de todas clases, lecturas adictivas y una buena selección de DVDses...que ya he aprendido a bajarme pelis del Emulequeyatedijequesepuedeencontrarcasidedetodomireusté...Y entre Mozart y Stravinsky, un Kieslowsky, ni rojo ni azul ni blanco: "No amarás" (interesante punto de vista). Y después, para desempalagar, un Zulawski: "Lo importante es amar" (la hostia). Y entre Wagner y Puccini, sesión doble de "El cielo sobre Berlín", de Wenders, y "La Luna", de Bertolucci...En fin, ya digo: considerable empanada.


En total (como sigue diciendo quien yo me sé) que he pensado que no hay misántropo que cien años (de soledad) dure; o al menos, yo no conozco a nadie que aguante muchos siglos en la cueva. Y además al fin la primavera, ni ella misma sabe cómo ha sido, ha venido...y que eso, que he decidido irme a vivir a la calle hasta que vuelva otra vez el otoño.


Que será, probablemente, dentro de un par de días.





Pd: ¿Del cambio de look no os he hablado, verdad?...Mejor.

domingo, 3 de junio de 2007

Hoy no hablaré de Serrat

Eso será el domingo que viene, según me ha dicho Oihana, la que abre a diario y tiene de todo, a todas horas, en mi barrio.

Nada, un pequeñito garbeo, tembloroso y cuesta arriba, a la tienda de la esquina; a pillar algunos víveres y la prensa. Y me ha regalado un disco. Como a todo el País, supongo.

También me ha dicho que es antipirético.

Esta canción desde luego lo parece, ciertamente. Me la voy a administrar una docena de veces. Cada hora.








sábado, 2 de junio de 2007

Gota a gota


Tengo fiebre. Estoy de baja. No he tenido más remedio que dar la espalda a todas mis obligaciones y encerrarme en casa.


...Día a día, hora ahora...y la sombra se hace luz que obliga a bajar los ojos, a inclinar cuello y cabeza...


Justo ahora, colofón de temporada, cuando todo se amontona y cada día es una urgencia que arrastra todos los ánimos al límite del verano.


...paso a paso, minuto a minuto, el vacío se hace piedra en la distancia...


Pero es necesario dejarse caer en el pozo de vez en cuando. De hecho llevaba lo que va de año capeando, mal que bien, a diario la agresión de los elementos. No se había visto en siglos primavera tan hostil.


...Verso a verso...golpe a golpe...tanto da de arriba abajo como de abajo arriba...


Y al final, los elementos me han ganado. Cuando el cuerpo dice no, ya podemos cantar misa. Y si de poder cantar se trata, no está mal que todo se desenchufe una temporada. Todo, menos lo que realmente importa.


...fisura a fisura, lágrima a lágrima...no fue ayer cuando quedaron desparramados todos los besos...


Además, mi casa está superpoblada. A parir de viejos amigos, cada cual con sus propias telarañas. Buen momento para desempolvar libros, paladear recuerdos olvidados, con el regusto dulzón que aporta la fiebre alta, de dejarse soñar por los sueños imposibles. De dormir como una vaca.


...noche a noche, gota a gota...cada vez más lejos de tu sombra.


El día sigue alargando. La noche es corta. A intervalos caprichosamente irregulares salta un pico repetitivo y chillón en la cocina. Es el cuco. Significa que me toca tragarme la pastilla.