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Al norte del sur., Spain
En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Nacimiento

"Hace veintiún días que no me tomo un trago, pero ya se acercan las navidades."
Scott Fitzgereld





La avenida está sobrexcitada, sobreiluminada. Una espesa red de bombillas chillonas oculta el cielo del paseo; me escamotea las verdaderas estrellas, que parecen haber huido avergonzadas, doloridas por la luz artificial; impertinente flash crónico que hiere mis ojos escarchados. La misma luz que pinta arco iris desordenados sobre los rostros que pasan, presurosos y atribulados; rostros pálidos ateridos, desencajados; como una marea negra...a veces gris...variopinta y bulliciosa a más no pedir: barbas de todos los tamaños, cabellos de todos los tintes, gorros calados, bufandas embozadas...burkas cristianos de diseño. Los reclamos de los comerciantes se superponen unos con otros, creando un murmullo ilegible y ensordecedor, como un río desbocado que se precipitara a lo lejos, anegando el bulevar; en el que caben recriminaciones de impaciencia, ofertas de que lo tiro, cánticos de alegría y algún esporádico amago de desorden cívico.





La desaforada riada sonora llega a mi rincón desleída, amortiguada. En mi bunker de intemperie el banco es confortable, apenas baila; se deja mecer suavemente entre el vaivén de esta estampida humana que se abalanza sobre mis rodillas ateridas, evitando apenas que sus malos humos se topen con mi tristeza. Mil bultos desfilan, corren, se entrecruzan, se atropellan en una incomprensible urgencia desorganizada. Se acaloran, pujan, regatean; amenazando con echar a pique los tenderetes ambulantes y reducir a escombros el asombroso despliegue comercial de última hora de la tarde. De última hora del año.
Es la noche. El frío acomete por mis costillas, pero no llueve y la muchedumbre me protege del viento helado. Sentado en el mejor banco, con mi botella de peleón entre los pies, contemplo aturdido la algarabía sin inmutarme. Es una mala noche como otra cualquiera. Noche Buena.
Pero el frío no perdona. La humedad agujerea. Aturde el jolgorio, y cabrea.





-ESTA ES LA NOCHE-...-FELICES-...-DIOS HA NACIDO-...Vocifera afónico un hombretón panzudo de nariz colorada, curiosamente ataviado a la manera de un Santa Claus despistado sin sus renos; rodeado de niños algo mayorcitos con zambombas, crótalos y panderetas, gritando a voz en pecho los villancicos de siempre, y otras obscenidades.

Es noche buena, todo el mundo tiene prisa: -¡que no llegamos!-...-¡venga, que ya es muy tarde!-...Hace un rato creí entrever entre la multitud de piernas a una linda muchachita, cabellos rubios, persiguiendo a un conejito que parecía huir de ella...Llegamos tarde si, llegamos tarde. Hace ya varios milenios que Herodes tomó el mando.

Al fondo, los mercaderes van desmantelando sus puestos entre cantos desganados.

Poco a poco, la muchedumbre va escampando; es el momento en que busco en mi botella esa amable tristeza que me roba, a descompasadas embestidas, esta insolente ventisca que parece empeñada en quedarse a alegrarme la noche. Apenas van quedando ya cristianos por las calles. Entre trago y trago, voy tratando de hurtarle a la memoria ese mínimo empuje que me anime a intentar acomodarme, y mostrar, yo ya he cenado, mi anacrónico Portal de Belén. Cerraré de una vez mis ojos sobreimpresionados, a ver si de esa manera consigo, mientras me adormilo desbrozando entre los dientes que me faltan mi contemporánea, elegíaca melopea,
vislumbrar el cielo que me escamotean las bombillas: las verdaderas estrellas, que parecen haber huido avergonzadas, doloridas por la luz artificial.
Aunque el frío no perdone. La humedad agujeree. Y este desalentador desasosiego que me sigue atormentando las costillas siga sonando macabramente a mediocre purgatorio. Y mi absurda y dulce nana se traduzca una vez más en pesadilla.





Pero no...espera un momento...que no hay frío, ni calor...estooooo...

que el banco no se me clava en las costillas, porque no tengo. Que estoy bailando. Y me llevan de las puntas de unos dedos que no son míos unos ángeles que no existen, pero están. Que la luz no ciega nada, parque ya no tengo ojos. Que está aquí pero no viene hacia mí, ni de mí... ¡QUE SOY YO!...que la música ya no se oye porque está, que no existen las bombillas porque se las ha tragado el cielo, que quequeQUE ¡QUEQUEQUÉÉÉÉÉÉÉHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!







jueves, 20 de diciembre de 2007

Bailemos

...Porque es Navidad, casi.

Un momento "estupendo" como cualquier otro para no abaratar el viejo concepto de...¿vals?...Vals, claro (apunto he estao ¡Qué gili! de poner Utopía)

¿Bailamos?

¡Venga va! Que estamos en Navidad. Casi.











O si no, Brel. Que viene a ser lo ...¿propio?








¿He dicho Felicidades?...

Lo haré.


O, mejor: (Éste se lo dedico a Glauka. Porque sí. Para que "continue".)


viernes, 14 de diciembre de 2007

Bajar

...UNA ESCALERA MECÁNICA(*)

"La tarea de ablandar el ladrillo."
JULIO CORTÁZAR



Alguna vez ha sentido que se lo tragaba la tierra?...No tenga miedo, no es para tanto. Es tan sólo una porción de suelo que se hunde; como una baldosa blanda, un peldaño con voluntad, viajero. Un enorme peine metálico empeñado en cortar por lo sano el plano, sistemática, constantemente; en un mecánico afán de eterno avance, o retorno; siempre adelante, siempre hacia…

Tal vez ahora se esté preguntando si no se habrá confundido de orilla, pero imposible parar. La escalera es infinita…

No se mortifique contando escalones ¡NO MIRE ATRÁS!...Tampoco mire hacia abajo. Manténgase erguido, despreocupado. Puede apoyar las manos, si le afloja el equilibrio, en las cintas transportadoras del artefacto, a los lados, cuidando bien de rectificar a cada rato el desfase producido por lo relativo del viaje. Las suelas pegadas firmemente a su pequeña plataforma; no pretenda obsesionarse, distráigase, disfrute las panorámicas. Los alrededores de una escalera mecánica tienden a estar decorados con infinidad de objetos recreativos, sumamente interesantes: paneles publicitarios, grafitis anónimos, artículos de regalo, guardias jurado...Gente más bien bulliciosa y apresurada, que asciende y desaparece, absolutamente ajena a nuestro discreto, paulatino, inexorable hundimiento.

Quizá no lo haya pedido, pero se encuentra irremediablemente embarcado en el lado descendente de la escalera gemela, contraria, antagónica. Sin comerlo ni beberlo usted ya esta ubicado; pero no sería de extrañar que en cualquier momento, pudiera divisar a otro ser, que subiera por su izquierda, a lo lejos...¡NO HAGA CASO!...Parece que se le quiera acercar, que podrían incluso chocarse. No tenga miedo, no es para tanto. Aunque es cierto; sí, por ahí sube...

Manténgase erguido, relajado; ya sabe, como los otros, ajeno. Tal vez le mire a los ojos en el momento del cruce (ambos a la misma altura) ; quizá mire hacia otro lado...

Ya está. Ya pasó. Ahora es cuando deberá esforzarse para no perder la perspectiva. En realidad ya ha comenzado a alejarse ¡NO MIRE ATRÄS! Está ahí, si. Pero tanto más arriba como usted más abajo. Ya se desdibuja el vínculo ...siente todavía ese molesto hormigueo en su espalda...amortiguado…los hilos se van quebrando…uno a uno…Ya está. Se perdió…Olvídese...déjese caer...

Volvemos a lo de antes. La espiral sigue su curso. Se sucede y se vuelve a suceder...escaparates...pinturas...músicos ambulantes...

Pero aún no llega el momento de adormilarse; las manos siempre apoyadas, rectificando, a cada rato, el desfase. Cuando menos se lo espere, avezado surcador del hundimiento, atisbará una nueva orografía, una textura diferente, otro tipo de firmeza que le impulsará a querer colgarse de esa nueva plataforma. Quizá una intangible y vaporosa nube¿porquéno?

Tenga cuidado al saltar. Hágalo en el último momento y con decisión ¡NO DUDE!

A las escaleras mecánicas les encanta tragar cuerpos. Y podría estar vagando eternamente...arriba...abajo...arriba...abajo....arriba...abajo...







"Soy esa absurda epidemia
que puebla las aceras."

Joaquín Sabina


(*) El sistema no me consiente un título de más de una palabra; sopena de editarlo en arameo, o algo.


Porquesí


O porque el momento lo reclama.

O porque he llegado contento, satisfecho, lleno.

O quizá porque hoy cumplo un mes sin fumar y me he ido a celebrarlo a mi caverna; la de verdad, la real. Donde la risa no falta y el alcohol no se escatima; donde los cuerpos se agolpan, sudan, berrean; pero el humo ya no pasa de ser, para mí, mas que un simple meteoro.

Porque ahora, al llegar a casa, me siento levemente saturado y aturdido (several güisquis sin el catalizador del alquitrán). Pero sobre todo, tenebrosamente tibio. Sin calor; y por lo tanto sin frío.

O porque de repente ahora ¡válgame la estratosfera! me encuentro, al buscarlo, un GoEar renovado y generoso que me permite volver a subirme mis musiquitas.

Porque no creo que consiga conciliarme en sueños sin que me canten un cuento. O porque es lo que el momento me reclama y, entonces, es lo que toca.

Y porque me apetece escuchar éste. Y compartirlo.

O, mejor, le echamos la culpa de todo a Ravel:


jueves, 6 de diciembre de 2007

Cerca








"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera que mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura."
El Manco.






Ante su estrella rendido, bajo esta sombra metálica
de paraguas boreal, vuelo;
surco la tela, tenaz cometa errante, desterrado;
peregrino que buscara constelarse.


Corazón no arrepentido que madruga por la tarde;
crepúsculo atroz que antepone, confirmando
sentencias de muerte, tu sonrisa
al horizonte.

Al alcance de la mano...lejos;
ahí, cuadratura imperfecta, círculo
ardiente y feliz, petulante.
Otoño primaveral que veranea el infierno.


Cerca...nunca.
Aquí,
a ochocientos mil millones de diástoles-silencio,
apenas.



domingo, 2 de diciembre de 2007

Actualizando

En este caso, la imagen de mi escritorio, que ya era hora.

Me lo ha recordado Churra (a quien se la dedico) en un delicioso post sobre intenciones olcutas del salvapantallas, con inocentes cosquillas freudianas.





El juego, porque es un juego, se trata de comentar, especulando sobre los diferentes desórdenes (o virtudes) que nos pueda sugerir la contemplación del espejo elegido para mirar a diario por el individuo en cuestión. Y después, claro, colgar el propio.

En mi caso, puedo decir (lo cual podría ser ya un dato) que lo cambio de manera más o menos periódica. Paisajes, normalmente, que tratan de anticiparse a la estación que se avecina...de alguna manera... Y si da frío, pues es normal.

Parece que a Churra no le han hecho mucho caso. A ver por aquí. Ánimo.