La variedad, no sólo de frutas, o de frutos; sino de fisonomías, de caracteres, de maneras de andar, de ritmos. El clima exultante de perpetuo carnaval y la despreocupación de unas gentes que parecen desconocer el significado de la palabra trauma. De ahí parece venir la envidiable grandeza de esta ciudad, en la que el asesinato está a la orden del día, pero el suicidio es una anécdota. Donde la música se huele y se palpa, aunque no se esté oyendo, y el señor Ministro de Cultura es un guitarrista de bossa nova (jazz).
Y así todo. Brillantes moles de cristal inabarcables de una mirada se intercalan a cada paso con casuchas desvencijadas y polvorientas, a una palmada de venirse abajo. A la gente le gusta andar; las calles semejan un hormiguero, mientras los taxis se amontonan en filas de 20 ó 30 y los taxistas pasan el día viendo futbol en una tele portátil, para entretener la falta de afición.
Y si te vas un pasito más allá, con sólo atravesar la puerta de unos jardines, te puedes transportar al Amazonas. Perdiendo cuidado, sin embargo, de embarrar tus zapatillas con desechos blandos; porque para eso se agradece, y así es; no como en Europa.
Y poco más puedo decir se Sao Paulo. En la noche (lástima) no me aventuré. Llevaba mis economías y mis prioridades muy al día, y la Argentina se veía aún muy lejana. Había decidido quedarme en Buenos Aires, solo, después de la gira, por mi cuenta; y no podía permitirme mucho relajo. Y así lo hice. Y me salió muy bien para ser yo. Pero es otra historia.
A quien no puedo dejar de presentaros, antes de dejar de lado Sao Paulo, es a mi definitivo flechazo; que se dejó retratar.
Fue en la zona de las tiendas pijas, tras beberme un litro entero de zumo de yo qué sé qué, que me mantenía a un par de palmos del suelo; multivitamínico, lo llamaban, y se quedaban cortos. Y de golpe la encontré. Parecía ser la encargada, a juzgar por la postura. La tienda era un paraíso de cortinas y edredones y cojines.
Yo, la verdad, no me atreví a molestarla. El caso es que ni entré a la tienda, y la foto sale como sale. Pero, aunque entre reflejos, queda clara su hermosura. Mezcla. Pura mezcla, valga la expresión, entre europea, asiática y brasileña:
Y, bueno...este...marchamos para la Argentina...
Datos personales
- Misántropo
- Al norte del sur., Spain
- En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.
domingo, 7 de octubre de 2007
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10 comentarios:
Puro contraste... duro a veces.
¡Eso de "levantar la pata" debajo del cartel.... jajaja
un abrazo¡¡¡
qué suerte!!! y mil gracias por contárnoslo!
Un beso fuerte!
Así deberíamos estar las mas de las veces. Sin miedo a las mezclas y esperando con esa elegancia que llegue el momento de cazar algún ratón u otro gato...
P.D. El remedio contra todas las penas va ha ser no tener nada que conservar.
Mil y un...beso...
Entonces...
Te esperamos en la Argentina, Alcibiades?
Besos
Te has traído zumo supervitamínico?. En la foto solo veo un gato...aaarrrgg¡¡¡.En serio,gracias por compartir tus experiencias con este pobre extraterrestre. SALUD¡¡.
Algo más, De cenizas, de lo que aquí ya nos vamos acostumbrando. No hay mas que salir por la autopista unos kilómetros para que se te venga el mundo abajo.
Eso daría para muchos posts, que no pienso ni intentar. Porque yo, que conste, me limite a levantar la patita en el parque.
Te has fijao ¿no? Un abrazo.
Pues como le decía a De cenizas, he tratado de rescatar lo bonito. Que lo hubo, sí, Libertad. Y es una suerte.
Un beso.
¿Y por qué será, mi querida cuenta cuentos, que me da a mí que me has pillao a la perfección?
Conservo el beso, y me quedo con los Mil y un...
Muás.
Pues de hecho, nombre que te nombra, todavía estoy allá; pero en espíritu. De hecho ya hace como 15 día que cambié de orisha.
Volveré, sin duda; lo antes que pueda. Pero tú no me esperes; ya te avisaré, en todo caso.
Alcibiades?...no has tardado mucho en bautizarme, me tendré que documentar.
Mil besos.
Todavía me duran los efectos de las "vitaminas"; en serio, quimera.
Y lo que ves no es un gato, es una gata...jejé. Bueno, en serio, que en realidad no he contado nada.
Un abrazo, y salud.
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