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Al norte del sur., Spain
En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.

lunes, 21 de mayo de 2007

Besos hurtados




A la una y media en punto miró de reojo a ambos lados y apagó el ordenador. Dos minutos más tarde se había encerrado en el lavabo. Se afeitó, se perfumó y guiñó un ojo pícaro al espejo mientras se ajustaba el nudo de la corbata.

El hotel quedaba cerca de la oficina, así que fué sin prisas, dando un paseo. Era un lunes luminoso de primavera, y los álamos de la avenida esparcían un enervante aroma a viernes, bajo un sol que cascaba de lo lindo. Tuvo tiempo aún de parar en un puesto de flores y escogió, de entre todo aquel estallido de color, un solitario clavel rojo.

Como tenía previsto, llegó antes a la suite. Abrió todo de par en par y, tras guardar la alianza en un bolsillo, se sentó, a esperar, en la enorme terraza que daba a la bahía. Desde allí la vió llegar, transcurridos unos minutos que se hicieron siglos. Se adelantó a abrir la puerta antes que los frágiles nudillos la alcanzaran, y el hall relampagueó. Ahí estaba, radiante. Un vestidito negro cortito ajustadísimo, unos tacones algo más altos de lo habitual y unas gafas de sol a juego con el conjunto. Tampoco llevaba su alianza. Del brazo le colgaba una cestita de mimbre de la que sobresalía una botella de Moet; y de los labios, rojamente perfilados, una sonrisita entre tímida y nerviosa que dejaba entrever mil besos, esperando a ser hurtados. El primero lo cambió él por el clavel. El segundo, ella, por las gafas, que dejaron paso al clavel, engarzándose en el pelo. Comieron en el suelo, sobre un mantel de cuadros, fresas, sandwiches y queso, mientras jugaban, riendo, a adivinar películas; tras lo cual, se tumbaron boca arriba, mirando el techo, y jugaron a conocerse un poco. Habían tenido tiempo, pero no se desnudaron. Las duchas eran de lujo, pero no se ducharon. Tras el penúltimo beso, recojieron trastos y se fueron, cada uno a su trabajo.

La tarde se hizo larga, entre suspiros y hormigueos. Como de costumbre, él llegó a casa tarde. Del cuarto de baño, abierto, salía un vapor perfumado, mezclado con una cantinela plácida y un intenso repicar de agua caliente. Los niños estarían ya durmiendo. Fué a besarlos.

Al dirigirse al salón se encontró con ella, que salía de la ducha, sonriente. El albornoz abierto y el pelo mojado, echado hacia atrás, dejando estampado en la oreja el clavel rojo, que aún parecía recién cortado.

Sus sonrisas cómplices dejaron entrever mil besos, esperando a ser pedidos.


24 comentarios:

M dijo...

Oño....Misantropo, hoy suenas a copla y rojo, rojo clavel...

Un beso,
Hilda

Anónimo dijo...

Me encantó. Especialmente la idea de que sea un hombre al que se le ocurren estas cosas, que en cuanto te "cazan" se olvidan de estas pequeñas cosas que son la sal y la pimienta de la relación coimes.

Besos húmedos.

Anónimo dijo...

Por cosas así es por las que suspiramos las mujeres... tengamos la edad que tengamos.
¡ muy bonita la historia!.

Tu/te Okupa

Tempus fugit dijo...

Alaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Te has quedado conmigo. Un poco peliculero... pero muy bien pensado y montado, sí señor.
(el Moët..no podía faltar;))

un abrazo

Calle Quimera dijo...

Así da gusto,de verdad.Cuanta suavidad y buen disfrutar.El final predecible?.Un abrazo.Salud.

Churra dijo...

Que bonitooooo.¿estas romantico?
Besos.

Calle Quimera dijo...

Inteligente manera de mantener viva la llama... Precioso relato; te confesaré que en principio había "pensado mal", hasta que ella apareció con el clavel rojo. Después, he seguido pensando.Y he oensado estupendamente.. :-)

Un beso, Misántropo.

Gwynette dijo...

Ay que bonito !!!!..mientras avanzaba el relato me he temido lo mejor..y así ha sido :-)

Cariñitos de alcachofa

Anónimo dijo...

Las libranzas calientan la sesera. Misámtropo....tas mejor en el curro....aunque, me gusta lo del albornoz abierto, bien, bien.Manolito

Anónimo dijo...

Los mejores besos hurtados, son los que te dejas robar.

Mil y un besos...

Elen dijo...

El amor hay que cuidarlo desde el primer día o hay peligro de que muera en el primer asomo de rutina.

Con tu permiso te robo un beso......o dos.

Misántropo dijo...

...a copla, Hilda...Tú sí que eres gamberra. Pues mira que estuve a punto de elegir un ramito de violetas; pero no procedía.

Besos.

Misántropo dijo...

Te encantó? me alegro. Más nos vale a los chicos pensar en estas cosas, que las sirenitas ya sabéis, pero os las calláis.

Húmedos, húmedos. Mucho.

Misántropo dijo...

-¿suspiráis, bella dama?
-No, no; sigo akupándoos?

-¡Ahh, qué susto!

Un clavel para vos.

Misántropo dijo...

Peliculero es bastante, Decenizas; es que a mí estas "escenas" me pierden. En cuanto a pensarlo, habrá que echarle la culpa a Cecilia; a quien adoro.

Enga, un Moët. Y un abrazo.

Misántropo dijo...

Si no disfrutás ahora que sóis jóvenes, cuándo váis a hacerlo, eh, quimera!

Salud y abrazos.

Misántropo dijo...

Po zí, Churri. Toy románto. Y góntico. Y alterao.

Besos rojos.

Misántropo dijo...

Pues se supone, quimera (dejaré para otro día adivinar quién es él y quién ella, ya me hacéis comentarios personalizados), se supone, digo, que si tú pensaste mal, será que yo pensé bien. Aunque me da a mí que se me vio el rabo todo el tiempo; con perdón por lo del tiempo.

Un beso.

Misántropo dijo...

¿Ves?...Lo que acabo de decir, linda Gwyenette. Aunque también queda chulo eso de que se rumie desde un pricipio ¿no?

Quítame todas las hojas, pero no me comas el corazón. O sea, un beso de alcachofa.

Misántropo dijo...

¿Que estoy mejor en el curro, Manolito?

Pues el lunes te veré, envidioso.

Sin rencores, eh!

Un abrazo en forma de trompa.

Misántropo dijo...

Uhhmmmm...y esta Scheherazade, que siempre me deja cavilando...

¿Mil y uno...sólo?

Misántropo dijo...

Amén, Elen.

Sírvase usted misma...

Calle Quimera dijo...

O sea, al final pensamos bien los dos.

Etinarcadia es el de los abrazos y la salud, yo soy más de besos... :-)

Uno que se me escapa hasta donde estés, valenciano.

Avalon.

Misántropo dijo...

Sí Avalon, ya había notada quién era quién; es evidente, los chicos siempre tan preocupados por la salud.

Pues desde donde estoy recojo el beso; que si viene por tierra tiene un paseo, y si prefiere la orrillita de la playa perfilará casi toda la península. O sea: San Sebastián.

Allá va otro, a ver si se cruzan.