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Al norte del sur., Spain
En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.

sábado, 26 de enero de 2008

Sino

Cambiar de tema y de aire.
Cambiar de mundo y de casa.
Cambiar de vida y de cara.
Cambiar de sueño y de alma.
Cambiar de vino y de agua.

Sin más razón ni pretexto que el impulso de salir
de quién de qué.
La pulsión de continuar
por qué por quién.

No agotar el airetema.
No olvidar tu mundocasa.
No vender la caravida
y traicionar tu sueñoalma.
No saciar el vinoagua. No salirnosí.
No seguirsinó.

Jugar a perder la busca.
Ensanchar el laberinto
aseverando cuestiones.
Volver a volver al punto de antes.


No marcharse...
No quedarse...



domingo, 20 de enero de 2008

De Mozart a John Cage

Que hay un camino, aunque pudiera no parecerlo. Pero esta vez no va de música la cosa, sólo, sino de, también, psicología (¿se dice así?)...Y no hace falta ser sicólogo, ni mucho menos músico (o al revés), para poder zambullirnos sin mayor trámite en acalorado debate comparativo sobre este asombroso y eficaz fenómeno que, efectivamente, llamamos "efecto Mozart".

Sí, no pongan esas caras; y que tire la primera piedra quien, habiéndo gestado, criado o parido (el orden no perjudica la solvencia del proceso) recientemente, no se haya sorprendido-a-@ al menos, tarareando una música incomprensible de película. Ni qué decir de quienes tienen hermanos menores o han sido obsequiados estas navidades con un delicioso perrito. Y es que, por lo visto funciona.

Tengo que confesar que a mí, particularmente, me va de fábula; aunque la realidad es que está especialmente indicado para potenciar el desarrollo de niños más pequeños. Ampliamente demostrado, además, dicen.

El caso es que, lógicamente, un descubrimiento tan extraordinario no iba a poder parar ahí; y sucede que los americanos, siempre tan ociosos ellos, ya se han puesto manos a la obra. O mejor dicho, a las obras, ya que no es cuestión de restarle color a la paleta y al final va a resultar algo parecido a la comida. Por especias no será, ya saben, quizá haya que revisar aquella vieja sentencia y afirmar sin miedo que un hombre, es lo que escucha...

Tras cumplir todos los protocolos pertinentes en estos casos, los científicos han llegado a varias conclusiones. Primero:que no todo el monte es Mozart. Pero también que esta supuesta magia, bien podría surgir, más que de la música en sí, del carácter o la propia vitalidad de los "maestros" en cuestión. Pasaremos ahora a referir una selección de los ejemplos más notables:

Efecto Beethoven : el niño padece de ataques de ira repentina,
depresión y se hace el sordo cuando le hablan.

Efecto Paganini : el niño habla muy rápido y con palabras
extravagantes, pero nunca dice nada importante.

Efecto Brahms: el niño habla con una gramática y un vocabulario
maravillosos siempre que sus frases contengan múltiplos de 3 (3,
6, 9 palabras, etc.)... Sin embargo, sus frases de 4 o 8
palabras resultan bobas y poco inspiradas.

Efecto Wagner: el niño se torna megalómano. Es posible que
termine casándose con su hermana.

Efecto Bruckner: el niño habla muy lento, se repite con
frecuencia y adquiere reputación de profundidad.

Efecto Mahler: el niño grita sin parar a todo pulmón
durante varias horas diciendo que se va a morir.

Efecto Schoenberg: el niño nunca repite una palabra antes de
usar todas las otras de su vocabulario. A veces habla al revés
y con el tiempo la gente le deja de prestar atención. El niño opina que
es debido a la incapacidad de la gente para entenderlo.

Efecto Stravinsky : el niño tiene una tendencia pronunciada a
explosiones de temperamento salvaje, estridente y blasfemo que
frecuentemente causan escándalos en el jardín infantil.

Efecto Ives: el niño desarrolla una habilidad fenomenal para
mantener varias conversaciones al mismo tiempo.

Efecto Boulez: el niño balbucea bobadas todo el tiempo.
Después de un tiempo a la gente ya no le parece gracioso, sin
embargo poco importa pues sus amiguitos creen que es un genio.

Efecto Philipp Glass: el niño acostumbra decir lo mismo una y
otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... con
mínimas diferencias que nadie nota.

Efecto Stockhausen: el niño aprecia en cada ataque terrorista
una obra de arte.




Y claro, el Efecto John Cage: el niño no habla nada durante 4 minutos y 33
segundos. Es el niño preferido de 9 de cada 10 profesores.







Y nadie dice nada de papaito Bach, afortunadamente. Y digo yo que será el que se carcajea cada vez que truena.

lunes, 14 de enero de 2008

Espejismo

"Yo voy soñando caminos de la tarde..."
Antonio Machado


Pues eso. Me temo que he sufrido un espejismo, aunque puede que algo inducido; es decir, a propósito. O sea, en defensa propia.





FRÜHLING

In dämmrigen Grüften
träumte ich lang
von deinen Bäumen und blauen Lüften,
von deinem Duft und Vogelsang.

Nun liegst du erschlossen
in Gleiß und Zier,
von Licht übergossen
wie ein Wunder vor mir.

Du kennest mich wieder,
du lockest mich zart,
es zittert durch all meine Glieder
deine selige Gegenwart!






PRIMAVERA

En el interior de oscuras grutas
soñé por largo tiempo
con tus árboles y tus cielos azules,
con tu fragancia y el canto de tus pájaros.

Ahora apareces desplegada
con espléndido ornato,
inundada de luz,
como un milagro ante mí.

Tú me reconoces,
me abrazas tiernamente.
Percibo a través del temblor de todos mis miembros
tu sagrada presencia.



Poema: Hermann Hesse
Música: Richard Strauss


Claro. Así cualquiera.

domingo, 6 de enero de 2008

Veamos

La leyenda es fantasiosa, como todas las leyendas. Entreverado inocente y casual de la ingenuidad más pura con la salvaje embestida de esa nuestra elemental condición de animales con tuétano; agridulce tufillo a bestia de nuestro diario persistir junto al volador perfume que deja en el aire el polvo de las hadas. Sangre y magia.

También, como todas las leyendas, se fundamenta en la realidad. Y además, ésta resulta terriblemente romántica...Nada más fácil, pues, de creer.


Se cuenta, en fin, que hace muchos, muchos años...en un lejano país...había de producirse, de la manera más prosaica e inopinada, un descubrimiento extraordinario que iba a revolucionar por completo el devenir de la música y, por tanto, de la humanidad...

En realidad no es una historia muy vieja, ya que viene a desarrollarse más o menos poco antes de mediado el XIX; siglo pródigo en hallazgos. En Alemania; o sea, a la vuelta, como quien dice, de la esquina.

Dicen, cuentan, que por ahí, a la vuelta de la esquina, un notable y afamado concertista y compositor, de nombre Jacob Ludwig Felix, vino a instalarse en Liepzig con la ilusión de realizar su viejo y tantas veces postergado sueño de consolidar un conservatorio musical en el centro de Europa, que procurara la mejor formación a los jóvenes con más talento de todo el continente.

Dotado de una sensibilidad exquisita, el joven Mendelssohn,pues así se llamaba nuestro inquieto héroe que nunca llegaría a viejo, pasaba los días al piano entre nuevas composiciones y viejos pergaminos que iba recabando para su estudio. Sin por ello desdeñarse de, entre improntu y serenata, dar contento al paladar y calor a las entrañas con las finas viandas que del mercado le traía a diario su fiel mayordomo.

Hasta un día en que, más que el solomillo, llamó su atención el envoltorio en que lo servía el carnicero: unas pautas garabateadas de solfeo ensangrentado, de un tal Bach.








-mmmmm...alemán; se dijo el maestro...y se sentó con la partitura al piano...

-Veamos...:::






Y a partir de aquel día, comieron carne a todas horas. Y nosotros, lo cantamos.



En fin...He de decir que la historia no es exacta, pero algo hay. Y que espero que los Reyes hayan sido generosos.

Y también que sean buenos...Ustedes, digo.