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En el norte del sur del centro del mundo, no hace frío, ni calor. Se podría decir que se está bien, aunque el clima no es confortable. Dejémoslo, no obstante, como está; por si las moscas.

martes, 2 de octubre de 2007

Vaya un Credo por delante. Con Benedetti y sin Mozart.

Es cierto que por ahí pasó. Pero no estaba en Sao Paulo, ni en Santiago ni en Santos ni en Blumenau. No se encontraba en Rosario. Quizá un poco en Buenos Aires. No fue al final a Tigre, ni se acercó a Mar del Plata. Tampoco estuvo en Montevideo. Pero pasó por ahí.


Mario Benedetti
(Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó,
Uruguay, 14 de septiembre del 1920)



Noción de patria
(1962-1963)





Además una cosa:
Yo no tengo ningún inconveniente
En meterme en camisa de once varas...
Nicanor Parra





NOCIÓN DE PATRIA


Cuando resido en este país que no sueña
cuando vivo en esta ciudad sin párpados
donde sin embargo mi mujer me entiende
y ha quedado mi infancia y envejecen mis padres
y llamo a mis amigos de vereda a vereda
y puedo ver los árboles desde mi ventana
olvidados y torpes a las tres de la tarde
siento que algo me cerca y me oprime
como si una sombra espesa y decisiva
descendiera sobre mí y sobre nosotros
para encubrir a ese alguien que siempre afloja
el viejo detonador de la esperanza.

Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas
que se ha vuelto egoísta de puro generosa
que ha perdido su ánimo sin haberlo gastado
pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obsena.

Confieso que otras veces me he escapado.
Diré ante todo que me asomé al Arno
que hallé en las librerías de Charing Cross
cierto Byron firmado por el vicario Bull
en una navidad de hace setenta años.
Desfilé entre los borrachos de Bowery
y entre los Brueghel de la Pinacoteca
comprobé cómo puede trastornarse
el equipo sonoro del Chateau de Langeais
explicando medallas e incensarios
cuando en verdad había sólo armaduras.

Sudé en Dakar por solidaridad
vi turbas galopando hasta la Monna Lisa
y huyendo sin mirar a Botticelli
vi curas madrileños abordando a rameras
y en casa de Rembrandt turistas de Dallas
que preguntaban por el comedor
suecos amontonados en dos metros de sol
y en Copenhague la embajada rusa
y la embajada norteamericana
separadas por un lindo cementerio.

Vi el cadáver de Lídice cubierto por la nieve
y el carnaval de Río cubierto por la samba
y en Tuskegee el rabioso optimismo de los negros
probé en Santiago el caldillo de congrio
y recibí el Año Nuevo en Times Square
sacándome cornetas del oído.

Vi a Ingrid Bergman correr por la Rue Blanche
y salvando las obvias diferencias
vi a Adenauer entre débiles aplausos vieneses
vi a Kruschev saliendo de Pennsylvania Station
y salvando otra vez las diferencias
vi un toro de pacífico abolengo
que no quería matar a su torero.
Vi a Henry Miller lejos de sus trópicos
con una insolación mediterránea
y me saqué una foto en casa de Jan Neruda
dormí escuchando a Wagner en Florencia
y oyendo a un suizo entre Ginebra y Tarascón
vi a gordas y humildes artesanas de Pomaire
y a tres monjitas jóvenes en el Carnegie Hall
marcando el jazz con negros zapatones
vi a las mujeres más lindas del planeta
caminando sin mí por la Vía Nazionale.

Miré
admiré
traté de comprender
creo que en buena parte he comprendido
y es estupendo
todo es estupendo
sólo allá lejos puede uno saberlo
y es una linda vacación
es un rapto de imágenes
es un alegre diccionario
es una fácil recorrida
es un alivio.

Pero ahora no me quedan más excusas
porque se vuelve aquí
siempre se vuelve.
La nostalgia se escurre de los libros
se introduce debajo de la piel
y esta ciudad sin párpados
este país que nunca sueña
de pronto se convierte en el único sitio
donde el aire es mi aire
y la culpa es mi culpa
y en mi cama hay un pozo que es mi pozo
y cuando extiendo el brazo estoy seguro
de la pared que toco o del vacío
y cuando miro el cielo
veo acá mis nubes y allí mi Cruz del Sur
mi alrededor son los ojos de todos
y no me siento al margen
ahora ya sé que no me siento al margen.

Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.







9 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento más a las personas como hogar que mi tierra como patria.
Saludos.

Anónimo dijo...

Esa es la patria: extender el brazo y tocarla.
Besos y bienvenido.
Tu/te Okupa

Tempus fugit dijo...

Si fueran(mos) los poetas, digamos los intelectuales en general(incluyo, por supuesto,a los músicos y otros creativos) los que gobernáramos el mundo (santa inocencia noventayochista), patria, nación, tierra... no serían sinónimo de sangre derramada.

Joer, qué serio me he puesto(debe de ser la alopecia..jeje)

un abrazo.

Princesa dijo...

No diré Amen a tu credo...porque no estoy de acuerdo con el no haber pasado por Mar del Plata :P
Bello lugar hubieras conocido.
Y ni te digo si hubieras traido a Benedetti contigo :P
Besos miles :)

Misántropo dijo...

Cierto, elendaewen; y qué bien lo explica el chico este. Y también, cómo es imposible darte cuenta desde dentro de la matriz.

Besos, chata.

Misántropo dijo...

Pues lo mismo te digo, Mi/Me.

Un besazo.

Misántropo dijo...

Pues la verdad, de cenizas; yo, con tal de que no pierdas nunca esa seriedad, te perdono la alopecia.

Bueno, ya tú sabes. Son cosas en las que no deja uno de recaer cuando se encuentra tan lejos; y a la vez tan cerca.

Te abrazo, compañero.

Misántropo dijo...

Bueno, Princesa; nunca hay que decir Amén del todo.

Por muy satisfactorio que resulte un viaje, siempre quedan cosas por hacer.

Lo importante, tú ya sabes lo que es.

Te beso, preciosa.

Calle Quimera dijo...

Noción de patria:nosotros. Hala, me voy a la terraza con la horchata y el cigarrito a darle vueltas a la cabeza.Salud¡¡¡.